A partir de 2020, toda nuestra gama será eléctrica". Pasan los meses y cada semana hay algún fabricante que lo anuncia públicamente o lo deja caer en una entrevista. Esta obsesión por la electrificación del automóvil para el año 2020, ¿de dónde viene? ¿Qué supone? ¿Estamos preparados?
Llevamos un tiempo en el que los fabricantes no dejan de anunciar la electrificación parcial o total de sus gamas para 2020. Volvo, por ejemplo, además de un eléctrico de 100 kWh propondrá una variante híbrida plug-in en todas sus gamas de modelos. Mercedes-Benz lanzará al mercado una nueva marca para los híbridos PHEV y modelos eléctricos: Mercedes-Benz EQ. Incluso las marcas generalistas anuncian varios modelos eléctricos para dentro de dos o tres años, como Volkswagen, siendo el Volkswagen I.D. el anticipo del modelo que podremos ver.
En paralelo, vemos como el 1 de septiembre de 2018 entra en vigor el nuevo protocolo de homologación de los consumos y emisiones de CO2 a nivel europeo, el WLTP (te lo explicamos en detalle aquí).
A simple vista, el interés de casi todos los fabricantes por tener en el mercado vehículos eléctricos en 2020 y la obligación de certificar absolutamente todos los coches nuevos a matricular mediante el ciclo WLTP a partir del 1 de enero de 2019 no están relacionados. Sin embargo, sí lo están.
La Unión Europea, China y Estados Unidos, han impuesto a todos los fabricantes un límite de emisiones de CO2 (gas de efecto invernadero). A partir de 2021, la media de emisiones de CO2 de los modelos vendidos por un mismo fabricante no podrá superar los 95 g/km.
Según los datos de la Comisón Europea es equivalente a un consumo medio de 4,1 l/100 km en un gasolina y de 3,6 l/100 km en diésel. Para los pequeños fabricantes, es decir, de menos de 300.000 coches al año, se establecen otros baremos, pero también tienen que reducir su media de forma drástica.
Es importante recalcar que no basta con proponer a la venta uno o dos eléctricos, aunque nadie los compre, pues lo que la Comisión Europea toma en cuenta para el cálculo de la media son las matriculaciones. Es decir, Mercedes-Benz se puede hartar a vender modelos AMG, pero si detrás no vende suficientes smart EQ eléctricos y Mercedes Hybrid (como el Clase C 350 e), de poco le sirve tener en la gama esos modelos más eficientes.
Y tampoco es que los modelos diésel, que emiten menos CO2, sean la panacea en este sentido. Y es que en los modelos más asequibles y más vendidos del mercado, como en los segmentos A y B, las normas sobre NOx hacen que el desarrollo (I+D, sistemas anticontaminación etc) de un motor diésel no sea rentable.
En caso que un fabricante supere esa media, se verá impuesto una multa de 95 euros por cada gramo de más y por coche matriculado. Es decir, la multa puede ascender fácilmente a decenas de millones de euros para un gran fabricante, sumando varios miles de millones de euros, según analistas consultados por el Financial Times.
Fuente: Motor Pasion